Ya casi nadie recuerda las peripecias que había que hacer hace unos años para poder recibir un correo electrónico en el teléfono móvil o en el portátil si estabas viajando por trabajo. Desde entonces se ha avanzado mucho y la realidad que ahora vivimos es muy distinta, llena de facilidades para teletrabajar, viajar y tener todo al alcance de un solo clic.
No obstante, todas estas ventajas también han traído consigo el estar constantemente hiperconectados y la necesidad de inmediatez en todo aquello que hacemos. Enviar un simple Whatsapp a una persona, presupone que tiene que ser respondido en el momento, enviar un correo (que lo vas a recibir y leer en todo tipo de dispositivos a tu alcance; móvil, tablet, smartwatch, portátil, etc.) también parece que tiene que tener una respuesta de inmediato. Saber gestionar este tipo de situaciones es todo un reto hoy en día.
Actualmente en España existen varias leyes que regulan este tipo de situaciones. Por ejemplo, los trabajadores y trabajadoras (también quienes trabajan a distancia) tienen derecho a la desconexión digital, tal y como se recoge en el artículo 88 de la Ley Orgánica 3/2018, de 5 de diciembre, que establece que los trabajadores y los empleados públicos tendrán derecho a la desconexión digital a fin de garantizar, fuera del tiempo de trabajo legal o convencionalmente establecido, el respeto de su tiempo de descanso, permisos y vacaciones, así como de su intimidad personal y familiar. Además, en el artículo 18 de la Ley 10/2021, de 9 de julio, de trabajo a distancia se recoge que las personas que teletrabajan, tienen derecho a la desconexión digital fuera de su horario de trabajo, y para garantizar la desconexión es necesario “una limitación del uso de los medios tecnológicos de comunicación empresarial y de trabajo durante los periodos de descanso, así como el respeto a la duración máxima de la jornada y a cualesquiera límites y precauciones en materia de jornada que dispongan la normativa legal o convencional aplicables”.
Para que esto pueda llevarse a cabo, no basta con que haya leyes, si no que las empresas deben implementar mecanismos que garanticen que los trabajadores y trabajadoras puedan ejercer su derecho a la desconexión. Elaborar un protocolo puede ser una opción, o al menos, poner en marcha acciones que permitan por ejemplo no responder a correos y mensajes fuera de su horario laboral porque se han programado los mensajes y las reuniones con antelación, etc.
¿Y qué podemos hacer a nivel individual para poner límites y no estar 24/7 conectados y disponibles? Aquí os presentamos algunas estrategias para conseguirlo:
- Evitar distracciones:
- Desactivar las notificaciones: una de las más importantes, ya que es unos de los principales factores que reclaman nuestra atención. Si está desactivado, eres tú quien decide cuándo consultar las redes sociales, Whatsapp o cualquier otra aplicación.
- Trabajar con el móvil silenciado, en modo avión o dado la vuelta: si no quieres desactivar las notificaciones, esta puede ser otra alternativa. No ver lo que nos llega o tener el móvil a mano ayudará a mantener la concentración en la tarea que estemos llevando a cabo.
- Poner límites de horario: Configurar el teléfono para no recibir notificaciones fuera del horario laboral o directamente no instalar el correo profesional en el móvil, en los casos en los que sea posible.
- Gestionar el correo electrónico: Probablemente es una de las mayores fuentes de estrés, por eso es importante tomar algunas medidas al respecto. Algunas pueden ser; desactivar las notificaciones en el móvil, no tener el correo constantemente abierto en una pestaña del navegador, no responder de forma inmediata a todo lo que llega (valorar cuando es necesario parar lo que estamos haciendo para responder), no responder fuera del horario de trabajo, programar algunas respuestas automáticas para determinados correos, avisar de que si algo es urgente es mejor llamar por teléfono, etc.
- Aplicaciones solo de uso personal: Diferenciar las aplicaciones que serán de uso personal y las de ámbito profesional. Por ejemplo, limitar y avisar de que Whatsapp solo lo usas para temas personales y evita contestar temas profesionales por este medio.
- No utilizar el móvil como despertador: Tenemos costumbre de utilizar el móvil como alarma, lo que hace que tengamos la tentación de consultar las redes sociales, el correo, etc. Busca otra alternativa.
- Buscar otras distracciones: Cada vez nos gusta menos esperar y no sabemos hacerlo sin estar prestando atención al móvil. Buscar otras alternativas como un libro, una conversación si estamos acompañados/as, y utilizar el tiempo de descanso laboral para tomar un respiro y desconectar.
- Tiempo personal: Dejar de lado el móvil los fines de semana por ejemplo, o no encender el portátil fuera del horario laboral es importante, dejar el móvil fuera de la mesa para esquivar la tentación de consultarlo, etc.
Y por supuesto, como dice el refrán, no quieras para los demás lo que no quieres para ti. Aplica estas mismas estrategias con tus compañeros y compañeras. El primer paso es ser consciente del uso y la cantidad de tiempo que pasamos consultando algo en el móvil. Tenerlo presente y volver a ser dueños de nuestro tiempo personal es importante. Poner el foco en aquello que estemos haciendo en cada momento.
Y tú, ¿pones en práctica alguna estrategia diferente a las que planteamos? Compártelas en los comentarios de este artículo o desde la entrada en LinkedIn.